Además de los tratamientos específicos, a cargo de un profesional, existen una serie de cuidados que deben tenerse en cuenta y respetarse para que la situación no empeore.
• Aumente el consumo de frutas y verduras.
• Disminuya la ingestión de alimentos ricos en grasas: fritos, chocolate, manteca, mayonesa, dulce de leche, productos elaborados con harina de trigo, embutidos y mariscos.
• No consuma bebidas alcohólicas.
• Duerma todo lo que su organismo requiere.
• Evite situaciones de estrés, tome las medidas adecuadas para prevenir situaciones angustiantes (como estudiar con tiempo antes de un examen), hacer gimnasia y descansar.
• Mantenga su piel limpia, lávese la cara y las zonas afectadas 2 o 3 veces al día con agua tibia y el producto, indicado por su médico y seqúese con una toalla limpia. Esta rutina es esencial para prevenir la aparición de nuevas lesiones.
• Evite el calor, la humedad y el roce en las zonas más sensibles como cara, espalda, pecho y hombros.
• No emplee base de maquillaje, ya que este producto tapa los poros, además muchas contienen sustancias colorantes como el Orange C que es acneigénico. Asimismo también las cremas nutritivas de limpieza o similares de alto tenor graso.
• Use lociones o geles, indicados para su caso durante la noche, después del último lavado; nunca se exponga al sol o a los rayos ultravioleta con algún producto sobre la piel. Si durante el tratamiento su piel se torna tensa y reseca, como paspada, suspenda el tratamiento durante unos días y consulte a su médico.
• Cuando elija productos cosméticos opte por los de tipo acuosos o alcohólicos.
• No pellizque ni apriete las zonas afectadas, ya que estas maniobras favorecen la proliferación de gérmenes con la consecuente persistencia de la lesión y daño de la dermis favoreciendo la instalación de marcas.
• Consulte a un especialista en dermatología para someterse al tratamiento adecuado que requiere un acné inflamado o pustuloso.